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Como lo explica Laura Gutman, la calidad del contacto con el bebé determinará nuestro comportamiento. Cuando nace un nuevo bebé espera encontrarse en este mismo ambiente. Si no encontramos esto la vida será dramática y difícil de confrontar.

Y como lo sabemos: succión para alimentarnos y el llanto: nuestro mecanismo de comunicación para decir que necesitamos a mamá.

El bebé pasa 9 meses en:

  • Contacto permanente
  • Alimentación permanente
  • Seguridad permanente
  • Movimiento permanente
  • Ritmo permanente
  • Ruidos permanentes

Los bebés no pueden resolver nada por sus propios medios y si llora es porque algo necesita. Llegamos al mundo sin autonomía, dependemos de un adulto para sobrevivir, necesitamos de un mediador entre el mundo exterior y el bebé, dependemos de ese adulto y de su calidad de vinculo para suplir las necesidades básicas.

¿Qué tan preparados estamos lo adultos para estar incondicionalemente presentes al cuidado de un nuevo ser humano?

Personalmente no creo que hay una receta mágica, la fusión emocional es un vínculo que se crea día a día, que requiere de mucho sostén y de mucha entrega, sin pensamiento y sin juicio. Es el momento de un encuentro profundo con uno mismo, donde podremos ir despertando esa intuición dormida para entregarnos a escuchar las necesidades del ser humano que hemos creado y traído al mundo. La crianza «No Violenta» conlleva una presencia especial, donde podemos explorar la calidad de nuestros vínculos, la atención, el amor, la bondad, los brazos ilimitados, la paciencia, la empatía, la disposición del cuerpo, la observación, la escucha activa, estos factores determinarán la infancia de nuestros hijos. Fuera de suplir con las necesidades básicas, los bebés requieren de una atención permanente capaz de sostener, dar calor, dar emoción, dar leche, dar miradas, dar palabras. Esta importante etapa no requiere del pensamiento «lógico», los principio de la maternidad requieren de aceptar lo que es, requiere de sentir, requieren del soltar, de llorar, de la entrega a lo que es sin juicio, sin interpretación, sin buscar afuera respuestas que estas por descubrir.

La fusión emocional no requiere de consejos externos, requiere de la capacidad de entrega que estemos dispuestas a explorar. Y nuestros bebés están allí para crecer con nosotras.

Si no juzgamos la experiencia como buena o mala, o la comparamos con lo que pensamos que sería y no es, podremos vivirla en momento presente.

¿Podemos vivir una maternidad consciente? Creería que si. Y esta se dará en la medida que vamos experimentándola con mente abierta, libre de creencias, empezando a entender a nuestro sentidos básicos que hablan solos, cuando por ejemplo, el llanto del bebé dispara en nosotros una alerta protectora.

La maternidad requiere de un espacio de encuentro diario, que implica vivirlo como sagrado; con mayor orden y mayor respeto a la vida cotidiana, donde permitamos crecer y vivir en mayor armonía, mayor amor, mayor belleza, mayor sutileza y bondad. Donde me permito descubrir dentro de mí el origen de todo lo que necesito descubrir y que eso me permita vivir de manera placentera. Por eso, a manera muy personal, siento que la maternidad es un encuentro espiritual muy profundo.

Con cariño MaJo

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