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Erikson, al igual que Sigmund Freud, creía que la personalidad se desarrollaba en una serie de etapas. La diferencia fundamental es que Freud basó su teoría del desarrollo de una serie de las etapas psicosexuales. Por su parte, Erikson se centró en el desarrollo psicosocial. Erikson estaba interesado en cómo la interacción y las relaciones sociales desempeñaban un papel en el desarrollo y crecimiento de los seres humanos.

“Los conflictos de un hombre representan lo que ‘realmente’ es”.

-Erik Erikson –

Etapas del desarrollo psicosocial de Erikson

Erikson propuso que las personas experimentan en cada etapa un conflicto que sirve como punto de inflexión en el desarrollo, como un estímulo para la evolución. Estos conflictos se centran en desarrollar una cualidad psicológica o no desarrollar esa cualidad. Durante la etapa, el potencial de crecimiento personal es alto, pero el potencial de fracaso también lo es.

Así, si las personas se enfrentan con éxito al conflicto superan esta etapa con fortalezas psicológicas que les servirán para el resto de sus vidas. Pero si, por el contrario, no logran superar con eficacia estos conflictos, es posible que no desarrollen las habilidades esenciales necesarias para encarar con acierto los retos de las siguientes etapas.

Erikson también planteó que un sentido de competencia motiva comportamientos y acciones. De este modo, cada etapa de la teoría del desarrollo psicosocial de Erickson se refiere a volverse competente en un área de la vida. Por lo tanto, si la etapa se maneja bien, la persona tendrá una sensación de dominio, pero si la etapa se maneja mal, la persona se quedará con un sentido de insuficiencia en ese aspecto del desarrollo.

Etapa 1. Confianza vs Desconfianza (0-18 meses)

En la primera etapa de las etapas de desarrollo psicosocial de Erikson, los niños aprenden a confiar -o no confiar- en los demás. La confianza tiene mucho que ver con el apego, la gestión de relaciones y la medida en la que el pequeño espere que los demás cubran sus necesidades. Debido a que un bebé es totalmente dependiente, el desarrollo de la confianza se basa en la confiabilidad y la calidad de los cuidadores del niño, especialmente con su madre.

Si los padres exponen al niño a una relación de afecto en la que prime la confianza, es probable que el pequeño también adopte esta postura frente al mundo. Si los padres no brindan un entorno seguro y no satisfacen las necesidades básicas del niño, este probablemente aprenderá a no esperar nada de los demás. El desarrollo de la desconfianza puede llevar a sentimientos de frustración, sospecha o insensibilidad por lo que ocurre en un entorno del que esperan poco o nada.

Etapa 2. Autonomía Vs Vergüenza y duda (18 meses-3 años)

En la segunda etapa de las etapas de desarrollo psicosocial de Erikson, los niños adquieren cierto grado de control sobre su cuerpo, lo que a su vez hace que su autonomía crezca. Al poder completar tareas por sí mismos con éxito, obtienen un sentido de independecnia y autonomía. Así, al permitir que los niños tomen decisiones y ganen en control, los padres y cuidadores pueden ayudar a los niños a desarrollar un sentido de autonomía.

Los niños que completan esta etapa con éxito suelen contar con una autoestima sana y fuerte, mientras que los que no lo hacen suelen quedarse con una sensación de caminar sobre un suelo demasiado inestable: ellos mismos (su propio soporte). Erikson creía que lograr un equilibrio entre autonomía, vergüenza y duda llevaría a la voluntad, que es la creencia de que los niños pueden actuar con intención, dentro de la razón y los límites.

Etapa 3. Iniciativa Vs Culpa (3-5 años)

En la tercera etapa planteada por Erikson, los niños comienzan a afianzar su poder y control sobre el mundo a través del juego, marco de un valor incalculable para las interacciones sociales. Cuando logran un equilibrio ideal de iniciativa individual y la voluntad de trabajar con otros, surge la cualidad del ego conocida como propósito.

Los niños que tienen éxito en esta etapa se sienten capaces y confiados para guiar a otros. Aquellos que no logran adquirir estas habilidades es probable que se queden con un sentimiento de culpa, dudas y falta de iniciativa.

La culpa es buena en el sentido de que demuestra la capacidad de los niños para reconocer cuando han hecho algo mal. Sin embargo, la culpa excesiva e inmerecida puede hacer que el niño descarte desafíos por no sentirse capaz de afrontarlos: el sentimiento de culpa no deja de ser uno de los nutrientes más ricos del miedo.

Etapa 4. Laboriosidad Vs Inferioridad (5-13 años)

Los niños comienzan a realizar tareas más complicadas; por otro lado, su cerebro alcanza un grado de madurez alto, lo que les permite empezar a manejar abstracciones. También pueden reconocer sus habilidades, así como las habilidades de sus compañeros. De hecho, los niños a menudo insistirán en que se les den tareas más desafiantes y exigentes. Cuando logran estas tareas, esperan obtener un reconocimiento asociado.

El éxito en la búsqueda de un equilibrio en esta etapa del desarrollo psicosocial nos lleva a hablar de competencia: los niños desarrollan una confianza en sus habilidades para manejar las tareas que se les presentan. Otro logro importante es que empiezan a calibrar de manera más realista aquellos desafíos que están preparados para afrontar y aquellos que no.

Si los niños no pueden desempeñarse tan bien como desean, a menudo aparece el sentimiento de inferioridad. Si este eco de inferioridad no se aborda adecuadamente y el niño no recibe una ayuda para la gestión emocional de sus fracasos, puede optar por descartar cualquier tarea que sea difícil por miedo a volver a vivir esa sensación. De aquí que sea tan importante considerar el esfuerzo del niño a la hora de valorar una tarea, separándolo del resultado objetivo.

La responsabilidad de los padres

“Lleva mucho tiempo educar a nuestros hijos para ser buenos; tienes que criarlos, y eso significa hacer cosas con ellos: preguntar, contar, sondear experimentar a través de la experiencia, de tus propias palabras, de tu manera de unirlas. Tienes que aprender dónde estás parado y asegurarte de que tus hijos aprenden de ti, entienden el por qué, y pronto, estarán parados juntos a ti, contigo”. -Erik Erikson –

La tercera de las frases de Erik Erikson aborda un tema fundamental en la crianza: la responsabilidad que los padres tienen en el momento de educar a sus hijos. La educación exige atención, estar ahí, jugar y vivir experiencias con ellos.

Si somos padres ausentes, nuestros hijos no aprenderán de nosotros y no podremos exigirles nada. Si no hacemos cosas con ellos y vivimos experiencias, no llegarán a interiorizar aquello que esperamos. Las palabras no sirven de nada si no van acompañadas de actos. Los niños necesitan a sus padres como figuras presentes.

Hoy en día, con toda la información científica sobre el poder que tenemos sobre la salud mental de nuestros hijos es importante estar informados y continuamente trabajar en nosotros para proteger su vida emocional, sobretodo debemos prestar atención a estas 4 primeras etapas.

Fuente: La mente es maravillosa por Eva María Rodriguez.

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