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Cuando tienes un hijo tu mundo cambia y tu vida gira alrededor de él o de ella, cuando tienes dos hijos el amor se multiplica y tu mundo gira aún más. Los hijos son lo más importante en la vida de una madre, sin embargo su llegada no quiere decir que debas renunciar a tu sueños o a tus metas lo puedes conseguir con un poco de esfuerzo y sacrificio pero hoy te lo digo que es posible!!!

Hola! Soy Jeaneth Torres tengo 39 años y hoy vengo a contarte mi historia. Hace tres años tome la decisión de cambiar todo en mi vida. Renuncié a mi trabajo en el cual estuve 10 años, de los cuales los últimos 7 años fue en cargos directivos, porque quería incursionar en el área de la docencia a tiempo completo. Todo esto, enfocada en la obtención de mis estudios de doctorado en Economía del Desarrollo en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, con el apoyo de mi esposo y de la mano de la maternidad  con dos niñas pequeñas que demandan todo el tiempo de su mamá, Valentina tenía 7 años y Victoria 3 años,  empecé clases en Flacso. Hoy puedo decirles que los dos últimos años han sido duros pero no imposibles mis pequeñas han entendido que mami algunos fines de semana tenía que ir a estudiar y cuando me veían cansada con una hermosa sonrisa me decían ‘mami si se puede’ y me daban un fuerte abrazo, ellas son el motor de mi vida y mi fuerza.

Tratar de dividir el tiempo es todo un reto, cómo soy una madre que cree que los deportes son fundamentales en la vida de sus hijas adapté mis horarios de estudio y de trabajo para llevar a Valentina a sus deportes lo cual implicaba retirarla del colegio almorzar con ella en la universidad, mientras hacía sus deberes yo hacía los míos y después salíamos corriendo a la natación, o al patinaje y mientras ella practicaba su deporte yo sacaba mi laptop y seguía haciendo mis deberes o estudiando. Los fines de semana recuerdo estar en el Ilaló o la Merced con mis “papers” o la misma laptop haciendo mis deberes mientras mis hijas entrenaban bici de montaña o ibamos a la concentración deportiva de Pichincha y sentarme dos horas en una silla de plástico o en el auto igual con mi laptop mientras ellas entrenaban gimnasia artística. Después de sus entrenamientos, el sábado en la tarde o el domingo pasamos las tres sentadas haciendo deberes, definitivamente eso les ha motivado muchísimo a estudiar y ser dedicadas en sus obligaciones.

Habían días que tuvieron que acompañarme a clases y tratar de estar quietas las dos horas lo cual fue todo un reto sin embargo ellas iban comprendiendo que mamá estudia, también me acompañaron a dar clases en la universidad o tomar exámenes es fue un mayor reto, sin embargo ellas se han vuelto mis compañeras de estudio, de trabajo, de todo. Después de recorrer toda la ciduad entre la escuela, la universidad, los deportes, llegaba a casa muy cansada y mis pequeñas se dormían y yo tenía que continuar, muchas noches me amanecía estudiando, y al otro día debía estar de pie a las 4:30 am que empezaba mi día a día.

Durante este año con la Pandemia todo cambió drásticamente para todos, no ha sido fácil adaptarnos y la elaboración de mi tesis ha tomado otra prioridad ya que ahora las mañanas paso con mis hijas en sus clases virtuales, además del teletrabajo (también dicto clases en la universidad donde trabajo), a eso hay que sumarle los quehaceres del hogar que jamás terminan!!, estoy más pendiente de que mis papás  tengan todo lo necesario para que no salgan o de llevarlos al médico cuando lo requieren. Sin embargo a pesar de estar algunos días más agotada, sigo avanzando en la tesis porque tengo una meta fija y las pruebas que nos da la vida sólo nos hace más fuertes así que ahora empiezo mis días igual muy temprano haciendo un poco de ejercicio junto a mis pequeñas y termino mis días leyendo, investigando o escribiendo algo de la tesis, sin embargo hay días que no consigo avanzar.

Aún existirán muchas malas noches, a veces serán por trabajo, otras serán por estudio ya que aún me faltan algunos años para terminar mi tesis doctoral, pero cada vez que me siento cansada me repito a mí misma “Soy Capaz”, “Soy Fuerte”, “Soy invencible”, “Soy Mujer”. Mis niñas me miran todos los días y sé que soy el mejor ejemplo que ellas tienen, ellas a su corta edad ya entienden lo importante que es estudiar.

Todo este tiempo no lo hubiese podido lograr sin el apoyo incondicional de mi compañero de vida quien con cada palabra de aliento me da fuerzas todos los días en esos momentos en que quizá no entendía esa materia, ese paper o en mi plan de tesis que me ayudado mucho con sus aportes e ideas y cuando cuidaba a las nenas para que estudie inclusive para que descanse. Doy gracias a Dios por que lo puso en mi camino y lo elegiría todos los días de mi vida. Pero también se los debo a mis padres sin su valiosa ayuda no podría haberme lanzado a esta aventura ellos cuidan día a día a mis niñas su amor es incondicional.

Hoy sólo quiero decirte que si quieres terminar la universidad, empezar un diplomado, una maestría o un PhD, hazlo!!! Tú puedes no te voy a mentir, el camino no será fácil pero tampoco será imposible. A pesar de siempre seremos criticadas por ser madres que trabajamos o que estudiamos, esto no debe impedirnos dejar nuestros sueños personales a un lado.

Siempre les digo a mis hijas “somos mujeres” y podemos hacer todo lo que queramos nada es imposible para nosotras.

Y para finalizar siempre deben recordar esta frase: “Nunca consideres al estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber” (Albert Einstein)

Hoy se despide de ustedes alguien que se siente muy feliz de ser madre, esposa, hija, docente y estudiante.

Texto e imágenes: Jeaneth Torres O. 

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